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sábado, 13 de febrero de 2010


Y se abrio el cofre.

Asomó la niña, que habia dejado de ser mimosa, que negaba a sus labios los besos tiernos, los que brotan porque si.

La que abria mucho los ojos cuando la contaban, o casi los cerraba cuando reia.
Que se perdia en el abrazo, y no queria abrir los ojos porque la parecia que dejaba escapar la intensidad del momento.

Podia jugar al yo mas, podia jugar a aguantar la mirada, podia jugar a que no existe el reloj ni importaban los dias de la semana.

Podia...
hasta hacer como que no veia las cosas grandes, las cosas importantes. Como que no la influian.
Hacerlo natural. Sabiendo que no lo era.

Que el cofre se abriera era extraordinario. Reencontrarse era un hecho casi olvidado. Descubrir que al abrirse su cofre, otro se habia abierto con el suyo, y asomaba él, sonriendo, regalando besos tiernos....acariciando su alma.... eso era definitivo.